¡Las mascotas! Esos seres que nos acompañan y nos cuidan, tenerlos en nuestras vidas hace que cambiemos nuestras rutinas, hábitos y emociones, nos enseñan a tener horarios, ser empáticos, responsables y cariñosos.
¿Alguna vez se han preguntado si las personas con mascotas tienen alguna diferencia frente a las personas que no las tienen?
En algún punto de nuestras vidas hemos tenido contacto con una mascota, ya sea nuestra o de un conocido. lo cierto es que todas aquellas personas que han tenido una, saben el vínculo que se genera, la alegría y cariño que forman en los demás y su influencia en los cambios que comenzamos a tener a partir de su llegada.

Por esta razón queremos resaltar aquellos los efectos psicológicos de tener una mascota.
– Disminuye la ansiedad.
Interactuar, jugar y acariciar a una mascota, genera mayores niveles de serotonina y dopamina, hormonas que calman y relajan el sistema nervioso, generando más sensaciones de bienestar y alegría.
– Ayuda a manejar el estrés por soledad.
La sensación de soledad puede generar efectos de malestar a partir de la tristeza, melancolía y estrés, al tener una mascota la percepción de esta “soledad” puede cambiar, no solo al tener un compañero a su lado y en su rutina, también al estar a cargo de alguien más, ser responsable del bienestar de otro y sentir la respuesta recíproca de afecto, adicionalmente una mascota llevará a una persona a realizar actividades en lugares que antes no concurría como parques, veterinarias, guarderías caninas o zonas de juego, permitiendo así relacionarse con nuevas personas y expandiendo su círculo social.
– Liberación de endorfinas al acariciar y compartir con las mascotas.
La endorfina, más conocida como la hormona de la felicidad, crea una sensación de bienestar y calma; En personas con depresión, proceso de duelo o en aislamiento, aumenta la autoestima, los vínculos afectivos con otros, brinda una apertura para nuevas rutinas y hábitos, creando espacios que producirán estados de calma y alegría.
– En niños se desarrolla el sentido del apego.
Se ha identificado que los niños que crecen con una mascota desarrollan su sentido del apego con mayor facilidad y de manera más fluida, tienen la habilidad para identificar sus emociones y la de los demás, les enseña a ser empáticos y colaboradores con otros.
– En el área psicosocial, aproxima a las personas a una comunidad y a la socialización.
Las mascotas estimulan la interacción con la comunidad de propietarios de mascotas creando una red de apoyo y reciprocidad donde se ayudan mutuamente en torno del bienestar de sus estas.
– Ayudan a personas con enfermedades crónicas
La interacción entre el paciente – mascota influye en la salud psíquica y cardiovascular, además en la independencia en personas con discapacidades, como en el caso de las mascotas de servicio, también influye en el desarrollo psicomotor de los niños y su auto valía, mejora el estado del ánimo y estimula el área motora en los ancianos.
En pacientes crónicos del área pediátrica, tener presente una mascota de servicio permite que sea menos traumática la estancia en hospitales y procedimientos médicos, ya que su atención estará centrada en los animales y no en los procesos.
Podemos observar como las mascotas influyen positivamente en la vida de las personas, nos vuelven más empáticos, afectuosos, sociales, comunitarios y responsables, además de incentivar prácticas saludables de autocuidado e inteligencia emocional.
- Psicóloga. Especialista. LASM.

Referencias
Gómez G., L. F., Atehortua H., C. G., & Orozco P., S. C. (2016). La influencia de las mascotas en la vida humana. Revista Colombiana De Ciencias Pecuarias, 20(3), 377-386. Retrieved from https://revistas.udea.edu.co/index.php/rccp/article/view/324155
Jofré M., Leonor. (2005). Visita terapéutica de mascotas en hospitales. Revista chilena de infectología, 22(3), 257-263. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182005000300007